Por fin nos damos cuenta de que la fuerza vital innata del individuo es un recurso natural preciso. Sin su apreciación, en cualquier orden de la vida, toda tentativa de sostenibilidad se hace, sencillamente, insostenible.
Al parecer, cada vez hay más seres humanos que se plantean que la casa donde viven podría haber sido otra completamente diferente.
Personas descontentas que empezaron a cuestionarse los modelos de vida predominantes y las tipologías de vivienda al uso.
Pero son sólo unos pocos los que conocen el potencial y el alcance de la arquitectura humana para dar respuesta a la necesidad de Habitar del un ser humano concreto.
¿Qué es la Arquitectura Humana?
La Arquitectura Humana incorpora una capa extraordinaria al proyecto de arquitectura: el despliegue vital de la naturaleza humana es su material primordial.
Orienta el proceso de diseño de una manera necesariamente innovadora.
Aporta una visión transformadora y holística que sitúa la experiencia de ser humano en el lugar central de la arquitectura.
Asume el reto de potenciar la singularidad y respetar la diversidad a través de la afirmación de la autenticidad del individuo.
El reconocimiento de su potencial innato es una inestimable fuente generadora de posibilidades en cada uno de los proyectos.
La tarea principal es responder con arquitectura a las singularidades de cada persona, familia o tribu.
Llegar a concretar este propósito pasa por conjugar tres verbos imprescindibles: escuchar, observar y acompañar.
Basándose en la experiencia, la percepción y el descubrimiento de la naturaleza única de cada ser humano, aplican herramientas de autoconocimiento, como el Sistema de Diseño Humano y Eneagrama.
Tras esta mirada está Ignacio Abad Cayuela, arquitecto fundador de Arquitectura Humana.
Su amplio recorrido profesional está cimentado sobre una base de profundización, comprensión y respeto a la diversidad humana.
Estos fundamentos se articulan con el lenguaje de la arquitectura como si se tratara de una labor de traducción.
Mediante el uso estratégico de las energías humanas renovables, traen entornos que amplifican la resonancia de la persona con el espacio y la materia que lo envuelve.
De este modo favorecen la salud, el bienestar y la conexión del hombre con su mundo alrededor.
¿Qué es el Sistema de Diseño Humano?
“El mundo tiene mucho menos sentido de lo que piensas. La coherencia proviene principalmente de la forma en que funciona tu mente“. Daniel Kahneman.
El Sistema de Diseño Humano (SDH) es un cuerpo integrado de conocimientos condensado en un mapa: un cuerpo gráfico.
Este mapa nos da acceso directo a la comprensión de cómo y con qué matices sucede la experiencia en un ser humano concreto.
Con esta herramienta podemos descifrar de una manera muy precisa la información vivencial característica de cada individuo impulsado por su propia naturaleza.
El Cuerpo Gráfico representa la estructura interna del individuo o su bioforma.
Nos revela cómo se despliega la experiencia de cada ser humano en base a un equipamiento propio que, por naturaleza, le predispone a entrar en relación con su entorno vital de una manera única y concreta.
Gracias a nuestra bioforma, el proceso de diferenciación -o individuación- se despliega a partir de un patrón natural de interacción con el entorno.
En consecuencia, cada bioforma define el modo de operar del portador a nivel energético.
Representación del porcentaje de la población mundial según cada tipo o bioforma.
El SDH proporciona una información de gran valor para la arquitectura humana en cuanto libera el potencial creativo y promueve estrategias de diseño innovadoras en cada proyecto.
Gracias a esta herramienta se hace posible incorporar al proyecto un lenguaje universal que está vivo en todos y cada uno de nosotros.
Por un lado, el SDH nos deja ver lo que nos hace semejantes:
- Una matriz genérica que estructura la información y facilita la comprensión del potencial de experiencia del humano.
Y del mismo modo, lo que nos hace únicos:
- Un programa biológico individual a través del cual filtramos un campo de partículas que atraviesa el planeta dando forma a nuestra experiencia singular de habitar.
Una casa para Hayat
El encargo era diseñar una casa para alguien en particular: Hayat. Una mujer de 34 años originaria de Turquía y que vive en España desde hace más de 10 años.
A pesar de su edad temprana lleva recorrido un largo camino: viene de una familia de clase media, muy bien considerada en los ámbitos intelectuales de su ciudad de origen.
Muy pronto empezó a cuestionar el sentido de vida, a los seres humanos, la política y sociedad, y a destacar por sus habilidades comunicativas y organizativas.
A los 20 años empezó a sentir una fuerza irrefrenable que desembocó en el arte y con 28 años fundó un centro de arte pionero en la Región de Murcia, inspirando una educación que respeta la singularidad de cada niño: Hayat´s Chocolate Factory.
¿Quién es Hayat para sí misma?
Si hay algo de incuestionable importancia en la vida de Hayat es la confianza en la autenticidad del ser humano.
Vive, desde muy pequeña, con la certeza de que el reconocimiento de aquello que hace único a cada ser humano es digno del mayor respeto y por ello merece ser apreciado.
Su naturaleza innata ha prevalecido frente la creciente homogeneización social y cultural del mundo, pudiendo preservar su esencia en su proceso de adaptación.
Tras conocer a Hayat se nos hizo evidente que era una de esas personas inusuales que iba a resonar con un proyecto afín a su naturaleza.
Esta es la diferencia que, como arquitectos, podíamos ofrecerle.
Para identificar con precisión lo que diferencia a Hayat de cualquier otro ser humano, la estudiamos a fondo cruzando la información de las cartografías pertinentes:
- Su bioforma a través del Cuerpo Gráfico de su Diseño (Sistema de Diseño Humano) y
- La estructura de su carácter, según el Mapa de la Personalidad (Eneagrama).
También conocíamos su biografía y nos contó experiencias relevantes de su infancia.
Lo relevante para el diseño revelado en los mapas
Su bioforma deja ver una enorme predisposición natural a la potenciación del saber individual que ha podido preservar gracias a la educación respetuosa recibida durante sus primeros años de vida.
Hayat sabe que gracias a su expresión natural de liderazgo podría establecerse un orden nuevo capaz de sostenerse sobre valores tradicionales que sirven y enriquecen el presente y el futuro.
Para ella este orden llega con la educación: un orden social basado en el respeto por la singularidad de las personas.
La vasta información que nos ha proporcionado el estudio detallado de su bioforma nos da una idea de lo que supone para Hayat vivir plenamente conectada a su singularidad.
Y lo podemos resumir en una única frase: «La investigación y universalización impulsadas por el deseo de utilizar el potencial del arte para florecer».
Gracias al análisis simultáneo del mapa de su personalidad a través Eneagrama podemos ver de qué forma el personaje – que se define por el rol de Hayat en la interacción – se encuentra, en estos momentos de su vida, alineado con la fuerza vital de su organismo.
No entraremos en una descripción de esta extendida herramienta de autoconocimiento y su correlación al conjugarse con el SDH.
Utilizamos estas imágenes que se refieren al personaje de Hayat para extraer una síntesis muy condensada de la información que ponen de manifiesto:
Tipos dominantes en Hayat según los centros de inteligencia. Mapa de la personalidad
Su capacidad de liderar (ala 8 – protector) una transformación social podría tener impacto en un entorno que ofrezca posibilidades para que el placer (Eneatipo 7 – epicúreo) de contemplar (fecha al 5 – observador) la belleza en el despliegue de lo cotidiano pueda desplegarse sin obstáculos.
Estas vías de aproximación concuerdan, se complementan y constituyen una base sólida que se articula de manera fluida con la historia de su existencia.
Partimos de datos consistentes para formular una propuesta comprometida con su vida: Hayat es un personaje habitado.
El Habitar abarca dimensiones que forman parte de percepciones primarias que solo se activan con la presencia del cuerpo en el espacio.
Gracias a estas lentes de gran aumento (SDH Y Eneagrama) podemos asomarnos al mundo interior de Hayat y así comprenderla:
Descubrir cómo se produce en ella la experiencia de ser en relación con un entorno específico.
En ese cruce e intercambio de información vivencial se activan resonancias en su cuerpo.
Sentimos que estamos preparados para entender cómo se siente en base a lo permanente y lo mutable.
Consideramos indispensable este proceso de aproximación a lo esencial para articular, junto a ella, las decisiones de proyecto.
El lugar, el clima, los materiales.
Hayat lleva casi un año viviendo en una casa prefabricada de madera estilo canadiense.
Antes vivía en el centro de Cartagena pero buscaba un entorno más lento -junto a las montañas- para experimentar una conexión más profunda con su propia naturaleza.
En este sentido ha apreciado mucho el cambio.
Se siente muy satisfecha con la ubicación, tanto por la proximidad a las montañas como a la ciudad. En apenas 20 minutos llega al centro de Cartagena en bicicleta.
El primer año en su actual casa le ha permitido experimentar serios inconvenientes, sobre todo porque durante el verano la vivienda no protege convenientemente del calor.
Es por ello que ha decidido contactar con arquitectos que pudieran ayudarle a crear una nueva vivienda.
Con una superficie de 2.314 m2, su parcela se inclina levemente hacia el sur y las montañas de la sierra. Desde la calle hasta el borde más bajo, el desnivel es de 4m.
Justo en el linde inferior del terreno una construcción del vecindario le impide disfrutar de las montañas desde el interior de su casa. El obstáculo es pequeño pero está demasiado cerca.
En el punto más alto, el acceso da a una vía secundaria para entrar con coche. Una vía de escaso tráfico, pero que a veces enturbia el sonido de los pájaros y del viento en los árboles.
Para el nuevo proyecto decimos reutilizar la madera de la casa existente, la cual va a constituir la cara interior de la casa.
La cara exterior, con cámara de ventilación, estará acabada en piedra natural extraída en una cantera muy próxima que, además de protegerla climáticamente, hace eco con las tonalidades del entorno natural.
Equipados con las cartografías de Hayat, asumimos estos condicionantes de partida que habilitan bases claras para el diseño de su casa.
El programa de necesidades.
Antes de la incorporación de herramientas de autoconocimiento a nuestro trabajo, decidimos prescindir de los programas enunciados en base a recintos y formas espaciales previsibles.
En sustitución dispusimos los verbos del Habitar de Hayat que son la la chispa del proceso creativo:
Amar, madurar, meditar, alimentar, descansar, abrazar, observar, sentir, caminar, disfrutar, brotar, experimentar, estar, respirar, potenciar, acompañar, unir, innovar, soñar, escuchar, crear, expresar, danzar,…
Comer, descansar, asearse, moverse… son verbos que todos compartimos pero cada ser humano conjuga verbos propios y lo hace a su manera.
Su casa: la posibilidad de una forma de vida única.
Al entrar en sintonía con el mundo interior de Hayat y fusionarlo con los condicionantes del suelo, la climatología, los materiales, el entorno, la cultura, etc. es cuando nuestro trabajo recién empieza a tomar forma.
En el espacio interior de su casa, Hayat quiere disfrutar de la proximidad de sus montañas sin las interferencias de las construcciones vecinas de la Loma de Canteras.
Sólo necesitamos excavar unos metros y delimitar suavemente un espacio generoso delante de la casa para que, al fondo, la sierra de la Muela y el monte Roldán formen parte indispensable del escenario principal de su hogar.
La construcción que distorsionaba de manera abrupta el paisaje quedará oculta, y las montañas cobrarán protagonismo sobre la curva continua que dibuja la superficie del un muro elíptico proyectado.
La idea germinal del proyecto, por lo tanto, venía hilvanada desde el estudio de su bioforma.
Todas las energías que la movilizan convergen en el mismo núcleo: la potenciación del saber individual le permite representar un rol esencial e indispensable dentro de una comunidad, que se constituye de manera orgánica.
Sus ritmos diarios, la duración de las actividades o el reposo, la variación de sus estados de ánimo,… son acompañados y potenciados por escenarios diversos que organizan la casa en diferentes niveles.
Todos ellos conectados de manera fluida por la una rampa perimetral curva de pendiente suave que se detiene, sin abandonar el trazado continuo, al llegar a los espacios cubiertos.
Esta rampa permite un desplazamiento cómodo, estimulante para los sentidos, que ofrece múltiples perspectivas de un paisaje en tránsito permanente.
El espacio íntimo: nivel -2
Meditar, sentir, respirar… son verbos que ocupan el lugar originario en la actividad cotidiana de Hayat.
En el nivel inferior (nivel -2) se dan las condiciones más propicias para la introspección, la reflexión y la intimidad consigo misma.
Al descender por la rampa se dispone a sumergirse en la práctica del silencio bañada por una luz natural tenue que descubre un espacio interior desnudo.
Un lugar para la meditación que propicia la conexión con la naturaleza de sus propios ritmos, sus latidos y la respiración de su cuerpo.
El espacio doméstico: nivel -1
Más arriba (nivel -1) comparte con su pareja el espacio doméstico.
Se encuentran alojados en el interior de un óvalo. Junto a las montañas se sienten acogidos por la naturaleza y la arquitectura.
A pesar de la enorme permeabilidad de la vivienda, la desaparición o el cierre de puertas -y ventanas- en cerramientos y muros divisorios, hace posible el aislamiento o una privacidad propia y particular.
El grado de intimidad del espacio se irá matizando según los acuerdos de la convivencia, el estado de ánimo de sus moradores o su respuesta espontánea a lo que sea que ocurra.
Esta no se verá afectada por la actividad de los siguientes niveles.
El espacio a cielo abierto, constituirá el lugar más propicio para el encuentro y la nutrición.
Se trata de un entorno que invita a la celebración y la convivencia bajo la sombra del árbol o junto al fuego, al caer la noche.
Nivel -1 casa de Hayat: espacio doméstico y de convivencia.
Este lugar de reunión va a ser entendido como un ámbito al que se entra profundizando en la tierra, una atmósfera acotada donde respirar armonía y una energía de conexión con la naturaleza.
El taller: nivel 0
Un nivel más arriba (nivel 0) el espacio se presenta completamente diferente, dispuesto para la experimentación artística y la convivencia de su tribu viajera.
Aquí se genera un taller abierto, en ambos frentes, al amanecer y el atardecer, provisto de unas plataformas suspendidas de las vigas inclinadas de madera reutilizada de la estructura.
La luz encuentra su principal fuente, la más apropiada, desde el foco cenital, esencialmente en el paño de cubierta orientado a norte.
Las escaleras permanecen recogidas la mayor parte del tiempo, para desplegarse según los requerimientos del instante y la vida de sus invitados. El espacio se transforma instantáneamente en una gran galería de arte.
La terraza, el altillo y las plataformas: nivel +1
En el nivel de coronación (Nivel +1) Hayat dispone de su lugar en este ámbito particular: una meseta que mira hacia el espacio interior destinado al arte.
Permanece abierto al interior y al mismo tiempo se comunica de manera directa con otro acristalado hacia el paisaje y las puestas de sol: una terraza que mira hacia las montañas.
Son espacios propicios para activar verbos del habitar como observar, estar, acompañar, unir, innovar, escuchar, crear, compartir, expresar y liderar.
El acceso a la terraza mirador se produce, además, de manera orgánica continuando el recorrido de la rampa sobre un talud construido con tierra de la excavación que se ha distribuido alrededor de la parcela.
Así se organiza una nueva topografía que confiere un sutil contrapunto natural a la edificación.
Arriba, la tierra se proyecta abiertamente hacia el cielo: parras y enredaderas se desbordan desde la cubierta a partir una gran jardinera.
Este manto protector del edificio se extiende sobre una pérgola liviana hacia el sur y, en la terraza, hacia el oeste, para proporcionar calidad al aire y sombra fresca en verano.
Lo construido busca ser una prolongación del paisaje natural.
En esta pequeña babel de Hayat, la casa se concibe respetuosamente como soporte para el habitar.
La imagen de portada y todas las acuarelas de este proyecto fueron creadas por Daniela Masia.